sábado, 21 de febrero de 2009

Fiestas en Liberia


Pum, pum, pum...El sonar de las bombetas anuncia que es mediodía y empieza el tope de toros...Cada una de esas bombetas hacen que mi corazón se estremezca...
Te recuerdo en la casa, poniéndote crema en la cara y diciendo: Gordi apurate, que ya empezó el tope.
Caminamos a toda prisa hasta llegar a la Copa de Oro, donde nos instalamos...El sonido de la marimba, la gente bailando en la calle, cervezas van, cervezas vienen...
Te recuerdo con tu sonrisota, esperando el sonido de las parranderas...
Se acercan los payasos y de repente empieza a sonar "El Chunco", tu preferida, cómo te brillaban los ojos cuando la escuchabas; siento la mano de mami apretar la mía y el abrazo que pedía a gritos de mi hermano. Es imposible no recordarte, con lo que amabas esta tierra y todas las tradiciones.
Sigue la música, la marimba, la parrandera, la gente saludando...Qué bueno verlos por acá nos dicen, algunos medio incrédulos.
Pero es que aunque duela, tenemos que romper los miedos, aunque duela, esto es lo que vos amabas y te encantaba, así que en tu honor fuimos, reimos, lloramos, bailamos, por vos, por tu recuerdo.
Hay Fiestas en Liberia...En el cielo están bailando el Brinco 'el sapo.

martes, 17 de febrero de 2009

Usted

En aquel momento pensé que era una de tus artimañas...Hoy creo que me equivoqué...

jueves, 5 de febrero de 2009

Pesadilla






  • ¿Venís el jueves?




Sip. ¿Almorzamos?









  • Obvio. ¡Pero me invitás! Tal vez te quedás y nos vamos juntas el viernes. Gordi, no puedo esperar a que sea viernes para que estemos todos juntos.




Ya casi princesa, ya casi es viernes. Ya te pongo a mami, buenas noches. I love you.





Esa fue nuestra última conversación. Al día siguiente sonó el teléfono a las 7:15 am, voy a contestar pero me ganó mami...tiró el auricular pero no decía nada, solamente: Ana, Ana, un accidente.





Suena el timbre, eran los vecinos con cara de locos; yo no entendía nada y nadie me explicaba. Por fin se deciden y dicen que en la TV identifican a mi hermanita como víctima de un accidente. ¿En cuál hospital está? Fue mi primera pregunta, todos se vuelven a ver y uno se atreve a decirme que no fue necesario llevarla al Hospital, me confundo aun más. Mami sigue sin reaccionar, dice que no siente nada. El teléfono no para de sonar, hasta que me atrevo a preguntar ¿está muerta? ¡Díganme si me la mataron! Me abrazan, pero nadie me responde, ya no hace falta que lo hagan. Poco a poco mi casa se llenaba de gente, hasta que por fin llegó mi hermano, aquello era como el peor de los sueños.





Nos preparamos para irnos a Medicatura Forense a traer su cuerpecito. Fue el viaje más largo de mi vida. ¿Y si la habían asaltado y no fue a ella a quien atropellaron sino a su asaltante?, era solo una de las miles de preguntas que me hacía para tratar de pensar que no era ella. Su teléfono celular ya había sido apagado, y estando el mío a punto de descargarse me dicen que el cobarde que la mató se dio a la fuga; fue como si me hubieran metido un millón de cuchillos en el corazón... yo paro hasta cuando atropello a una culebra, y a ella me la dejaron ahí tirada, como si fuera una cosa. ¿Habrá sido un ser humano el que hizo eso?




En la Medicatura la espera fue angustiante; todo estaba listo, pero no se ponían de acuerdo para una firma. Muchos amigos nos llegaron a saludar, qué bien que hacían en ese momento. De repente llaman a mi hermano de un medio de comunicación ¿no saben lo que es el respeto? ¿nunca han perdido a alguien que aman? Ojalá nunca les pase nada feo, pero si les pasa, que estén dispuestos a dar detalles y contestar preguntas como: ¿qué piensa de la persona que la atropelló?




Se veía tan linda, como siempre fue; seguro se puso feliz cuando le llevaron la camiseta de su adorado Municipal Liberia; le quedaba preciosa. El viaje de regreso a Liberia fue casi tan largo como el de ida. Llegamos y mi casa estaba atestada de abrazos solidarios y llenos de amor...Bueno, algunos, no faltó quien preguntara: ¿por qué no abren la caja, quedó muy golpeada?



Al día de hoy sigo repasando ese día, y me parece que es un sueño, la peor de mis pesadillas, pero reacciono y me doy cuenta que es real, que ya no está, que la mataron, y al que lo hizo, aunque no le deseo nada malo, espero que la paz tarde en llegarle. El viernes para estar todos juntos que tanto anhelaba no llegó, pero ahora ella me acompaña SIEMPRE y sé que cuida cada uno de mis pasos.


Aprovecho para darles las gracias por todas las muestras de cariño y solidaridad, no saben lo cerquita y lo lindo que se sienten. ¡Abrazos!