¡Viva Liberia!

Desde que tengo memoria en mi casa se ve fútbol todos los domingos, ya fuera en el estadio, cuando desde niñita íbamos a ver a Liberia en segunda, o por tv, mis hermanos, mis papás y yo.

En cuanto a equipos, estábamos divididos: Mis hermanos y mi papá heredianos-creo que de sobra está de decir que anti saprissistas- y mi mamá y yo moradas. Sin embargo, esa división se acabó cuando el equipo de nuestros amores, el Municipal Liberia ascendió a primera división: el corazón de los cinco se volvió amarillo y negro.

Siempre hemos sido fieles aficionados, pero creo que mis hermanos lo llevan a extremos; Ana se peleaba con cualquiera y dejaba lo que fuera por ir al Estadio, y mi hermano, cuando solo íbamos cuatro gatos al estadio era uno de los pocos que se escuchaba.

Por eso, mi corazón está que no cabe de alegría: pasamos a la final...Pero en medio de toda esta algarabía que se vivió en mi pueblo, me es imposible no pensar en lo felices que estarían ustedes, mis ángeles, aunque sé que desde el cielo juntos hicieron muchas porras y empujaron esa bola en el gol de Sirias.

Celebré, grité, lloré...pero me hiciste falta vos Princesa, y vos papi, para que la alegría pudiera ser plena, para habernos abrazado los cinco y celebrado algo que parecía imposible. Solo me queda pensar que desde el Cielo ustedes celebraron, y ese vientito que sentí, era su abrazo de felicidad...